Esta pintado de verde brillante y rosa, en verdad. Pero básicamente es la casa ideal en Huejotzingo, por lo menos hasta que Dios provee el dinero para comprar un terreno y construir nuestra propia casa. Nos cambiamos el viernes, haciendo viajes de ida y vuelta de Puebla a Huejotzingo, primero transportando las plantas, algunas cajas, y muebles pequeños. La iglesia Dios es Amor nos prestó su grande camioneta y fue de gran bendición porque dos personas que originalmente ofrecieron su ayuda y tienen camionetas, a la mera hora no pudieron ayudar.
En lugar de ellos, una madre soltera y su hijo pre-joven nos ayudaron a empacar algunas cosas y cargar. Fueron con nosotros en el primer viaje a Huejotzingo. Cuando regresamos, vimos que había llegado mi cuñado para ayudar, y por eso, Marina se quedó conmigo en el departamento en Puebla para continuar empacando y limpiando un poquito, mientras su hijo Isaí, Abraham y mi cuñado Ricardo subieron y transportaron muebles mas pesados. Marina tuvo que irse cuando todavía estaban fuera, entonces yo continué sola un rato hasta que no hubo mas que hacer. Ya estaba oscureciendo cuándo regresaron los tres, esta vez con un estudiante del seminario como refuerzo.
Transportamos todo, menos el refri y un escritorio con estantes, en el último viaje. Tuvimos que bajar las cosas de prisa en la casa porque Ricardo y Dan tenían que tomar su autobús para sus casas.
Abraham y yo regresamos a nuestra casa nueva, llegamos a las 11:30. Después todavía tuvimos que estacionar la camioneta de 15 pasajeros en el patio, con el tamaño apenas suficiente para la camioneta. Abraham dirigió, y cautelosamente metí la camioneta hasta casi la pared de la cocina.
Mientras nos preparamos para acostarnos, tuvimos la primera sorpresa. No había agua en las casa. Lo bueno es que la casa cuenta con una cisterna, aunque el agua había estado estanqueado por 6 meses. También la llave de afuera tenía un chorrito de agua, y con eso nos las arreglamos.
El tubo de gas de la estufa sufrió daños durante el cambio, y tampoco tuvimos gas, y por eso usamos una parrilla eléctrica la siguiente mañana. Era difícil encontrar cosas y todo estaba regado por todos lados. No trabajamos mucho en la casa sábado porque nos invitaron unos amigos a unos quince años en la tarde, y también Abraham iba a predicar domingo en Dios es Amor.
El domingo, después del tiempo con los niños en Huejotzingo, Six regresó a la casa con nosotros para pasar la noche. Una vez, tuvimos prendidas tres luces y estuvimos usando la parrilla para calentar agua de la cisterna para bañarnos. El uso de electricidad fue demasiado para los circuitos y se quemó un fusible. Ni modo, fue demasiado tarde de todos modos y era la hora para dormirnos. El problema fue la próxima mañana cuado tuvimos que levantarnos a las 5:50 para alcanzar el autobús a Puebla a tiempo para llegar al trabajo a las 8.
Con la ayuda de una vela y luz tenue de la calle, pudimos prepararnos y salir. Incluso llegamos a tiempo para las clases en Puebla Christian School.
Cuando regresamos a la casa en la tarde lunes, nuestros vecinos, quienes están a cargo de la casa (los dueños viven en los Estados Unidos), estuvieron intentando hacer funcionar una bomba para sacar el agua estanqueada de la cisterna. Por fin decidieron llamar a un plomero, y él si supo que hacer. Una vez que la cisterna estaba casi vacía, el joven bajó dentro de la cisterna para limpiarlo con una escoba dura y jabón mientras su hermano menor sacó cubetas del agua enjabonada.
Mientras trabajaron ellos, Abraham y yo trabajamos en arreglar la estufa con su tubo nuevo y el tanque de gas. Bueno, yo le di las herramientas a Abraham mientras el trabajaba. Con la estufa reparada y funcionando y el refri ya en casa con la ayuda de un amigo, y la cisterna limpia y llenándose, el lunes en la noche se veía mucho mejor que el fin de semana anterior.
Aún durante el fin de semana de caos, hubo muchas bendiciones. Un amigo le dio dinero a Abraham para que pudiéramos comer afuera el domingo en la noche. Otro amigo de otra iglesia estuvo dispuesto a pasar al departamento en Puebla para recoger el refri y el escritorio con estantes y después nos dejo en casa. Por “coincidencia” encontré una vela mientras estaba buscando otra cosa en las cajas el domingo en la tarde y la tenía prendida en el baño mientras me bañaba. Por eso tuvimos por lo menos esa luz cuando se fue la electricidad. Y la lista es más grande.
Gracias por sus oraciones. Estoy segura de que contribuyeron a las bendiciones del fin de semana. Por favor sigan orando
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